Nuevo Laredo es la principal frontera de Latinoamérica, pero en los últimos 10 años esa posición es amenazada por otros puertos de entrada a México. Hay quienes tienen una esperanza para enfrentar esos riesgos: el Recinto Fiscalizado Estratégico.
Para Carlos E. Z. Cabeza Reséndez, representante legal del proyecto, el Recinto Fiscalizado Estratégico es una oportunidad de oro no sólo de mantener a Nuevo Laredo como la primera aduana de Latinoamérica, sino de aprovechar para tomar una tajada de los millones de dólares que cruzan por esta frontera.
Pero no es todo. Cabeza Reséndez considera que también es un detonante de un gran desarrollo que ayude a la creación de por lo menos 12 mil 500 nuevos empleos directos.
El Recinto Fiscalizado Estratégico es un área junto al Puente del Comercio Mundial en donde se pueden introducir mercancías para su manejo, almacenaje, custodia, exhibición, venta, transformación o reparación con una amplia reducción en las restricciones y trámites aduanales.
Para Carlos E. Z. Cabeza Reséndez, representante legal del proyecto, el Recinto Fiscalizado Estratégico es una oportunidad de oro no sólo de mantener a Nuevo Laredo como la primera aduana de Latinoamérica, sino de aprovechar para tomar una tajada de los millones de dólares que cruzan por esta frontera.
Pero no es todo. Cabeza Reséndez considera que también es un detonante de un gran desarrollo que ayude a la creación de por lo menos 12 mil 500 nuevos empleos directos.
El Recinto Fiscalizado Estratégico es un área junto al Puente del Comercio Mundial en donde se pueden introducir mercancías para su manejo, almacenaje, custodia, exhibición, venta, transformación o reparación con una amplia reducción en las restricciones y trámites aduanales.
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“Es la punta de lanza para que Nuevo Laredo y Tamaulipas se consoliden como una plataforma de logística integral”, asegura Cabeza Reséndez.
El proyecto del grupo que encabeza Cabeza Reséndez es la urbanización de poco más de 24 hectáreas en un área junto al Puente III, como también se le conoce al de Comercio Mundial.
Ahí se construirían 22 naves industriales con una extensión de 8 mil metros cuadrados cada una. Se espera que cada una de ellas sea ocupada por una empresa que dé trabajo directo a 300 y hasta 800 personas.
“Este polo de desarrollo regional de mano de obra, demanda gran cantidad de insumos nacionales y extranjeros creando una cantidad impresionante de empleos indirectos”, sostiene Cabeza Reséndez.
Se calcula que por cada empleo directo se crean otros cuatro puestos de trabajo indirectos.
Los inversionistas calculan que el recinto ayudaría a captar al menos 10 por ciento de los 150 mil millones de dólares que se mueven cada año entre los dos Laredos.
De acuerdo con datos del grupo, desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el comercio entre México y Estados Unidos ha crecido a una tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de 11.3%. Las exportaciones de México se incrementaron a una TCPA de 10.5%, mientras que las importaciones lo hicieron en 7.7%. El saldo comercial ha sido positivo para México desde 1995.
El Recinto Fiscalizado Estratégico también puede ayudar a las empresas a aprovechar los 14 Tratados de Libre Comercio y Complementación Económica que actualmente ha suscrito México y que dan acceso preferencial al mercado de 44 países.
Este proyecto podría estar a punto de despegar y sólo faltaría el apoyo de los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada para promover e invertir en lo que podría ser un detonante del desarrollo económico de Nuevo Laredo que traerá grandes beneficios fiscales, administrativos y de logística.
Sin embargo, Cabeza Reséndez reconoce que no ha sido un camino fácil, pues debieron transcurrir 15 años antes de recibir, el 27 de febrero de este año por el Servicio de Administración Tributaria.
“Han sido 15 años de lucha”, dice.
Admite que ha recibido muchos apoyos para mantenerse en pie de lucha, entre ellos la de Porfirio Benavides Caballero, director del Instituto para la Competitividad y el Comercio Exterior de 2009 a 2014, y de Andrés Marroquín Tovar.
“Además aquellos que de una manera u otra me apoyaron, lucharon conmigo”, dice.
Por ahora, el predio ya cuenta con el permiso para fraccionamiento y aprobación para construcción, estudios de mecánica de suelo, impacto ecológico y factibilidad para la introducción de todos los servicios para convertirlo en polo de desarrollo económico e
industrial.
Ya se comenzó con el desmonte del área, marcaje de avenidas, lotes, muro circundante y camino perimetral.
Cerca se construye una planta potabilizadora que podría estar lista para mayo y hay viabilidad de otros servicios públicos, como electricidad.
“Sólo falta que nos unamos todos a favor de Nuevo Laredo”, dijo Cabeza Reséndez.
El proyecto del grupo que encabeza Cabeza Reséndez es la urbanización de poco más de 24 hectáreas en un área junto al Puente III, como también se le conoce al de Comercio Mundial.
Ahí se construirían 22 naves industriales con una extensión de 8 mil metros cuadrados cada una. Se espera que cada una de ellas sea ocupada por una empresa que dé trabajo directo a 300 y hasta 800 personas.
“Este polo de desarrollo regional de mano de obra, demanda gran cantidad de insumos nacionales y extranjeros creando una cantidad impresionante de empleos indirectos”, sostiene Cabeza Reséndez.
Se calcula que por cada empleo directo se crean otros cuatro puestos de trabajo indirectos.
Los inversionistas calculan que el recinto ayudaría a captar al menos 10 por ciento de los 150 mil millones de dólares que se mueven cada año entre los dos Laredos.
De acuerdo con datos del grupo, desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el comercio entre México y Estados Unidos ha crecido a una tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de 11.3%. Las exportaciones de México se incrementaron a una TCPA de 10.5%, mientras que las importaciones lo hicieron en 7.7%. El saldo comercial ha sido positivo para México desde 1995.
El Recinto Fiscalizado Estratégico también puede ayudar a las empresas a aprovechar los 14 Tratados de Libre Comercio y Complementación Económica que actualmente ha suscrito México y que dan acceso preferencial al mercado de 44 países.
Este proyecto podría estar a punto de despegar y sólo faltaría el apoyo de los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada para promover e invertir en lo que podría ser un detonante del desarrollo económico de Nuevo Laredo que traerá grandes beneficios fiscales, administrativos y de logística.
Sin embargo, Cabeza Reséndez reconoce que no ha sido un camino fácil, pues debieron transcurrir 15 años antes de recibir, el 27 de febrero de este año por el Servicio de Administración Tributaria.
“Han sido 15 años de lucha”, dice.
Admite que ha recibido muchos apoyos para mantenerse en pie de lucha, entre ellos la de Porfirio Benavides Caballero, director del Instituto para la Competitividad y el Comercio Exterior de 2009 a 2014, y de Andrés Marroquín Tovar.
“Además aquellos que de una manera u otra me apoyaron, lucharon conmigo”, dice.
Por ahora, el predio ya cuenta con el permiso para fraccionamiento y aprobación para construcción, estudios de mecánica de suelo, impacto ecológico y factibilidad para la introducción de todos los servicios para convertirlo en polo de desarrollo económico e
industrial.
Ya se comenzó con el desmonte del área, marcaje de avenidas, lotes, muro circundante y camino perimetral.
Cerca se construye una planta potabilizadora que podría estar lista para mayo y hay viabilidad de otros servicios públicos, como electricidad.
“Sólo falta que nos unamos todos a favor de Nuevo Laredo”, dijo Cabeza Reséndez.
Fuente: +Nuevo Laredo
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